Estrella del rock. Actor. Fotógrafo. Diseñador: Lenny Kravitz es lo último en POLIMATÍA CREATIVA, que trasciende el oficio y desafía la categorización, al igual que su música.
No puede haber muchas estrellas del rock mundial que estén tan bien consideradas en el exigente mundo del diseño, o que puedan dedicarse con tanta destreza a la interpretación o la fotografía. Pero es que Lenny Kravitz no es un músico convencional, siempre tratando de superar los límites de su oficio.
Tan influido por Led Zeppelin como por Al Green, Kravitz se negó a dejarse encasillar por los ejecutivos de las discográficas, que sólo le ficharían con 17 años si cambiaba de música. Rechazó firmemente sus ofertas y hoy ha vendido más de 40 millones de discos sin renunciar nunca a su estilo.
Pero, como ocurre con todos los verdaderos creativos, siempre hay algo que picar. En 2003, tras ganar cuatro premios Grammy, el emblemático diseñador francés Philippe Starck animó a Kravitz a perseguir otra pasión creativa: el diseño. Ese mismo año fundó su empresa homónima, Kravitz Design, y desde entonces ha diseñado interiores para hoteles de lujo y residencias privadas, así como productos como cámaras para Leica, una lámpara de araña para Swarovski y un reloj para Rolex. Kravitz incluso ha colaborado con el propio Starck, que lo ha descrito como "un arma de construcción masiva".

La negativa de Kravitz a encasillarse se aprecia incluso en su forma de vivir, dividiendo su apartamento en París, una granja en Brasil (ambas diseñadas por él mismo) y una caravana Airstream en las Bahamas, a la que llega en su yate Magnum 60. Nombrado en 2018 director creativo de Dom Pérignon,
Kravitz ha rodado una campaña para la casa de champán en la que aparecen personajes de la talla de Susan Sarandon, Alexander Wang y su hija, la actriz Zoe Kravitz. También ha creado tres nuevos diseños para la casa: botellas de edición limitada de 75 cl de Vintage 2008 y Rosé Vintage 2006, con oro martillado en la etiqueta en forma de escudo y un estuche, un lujoso estuche magnum que se convierte en candelabro y una elegante mesa de champán.
"He diseñado objetos, relojes, muebles, papeles pintados, cámaras e interiores con un estilo que evoluciona continuamente; en el diseño, al igual que en la música, intento seguir un curso evolutivo", dice Kravitz. "Si se fijan en mis proyectos, verán que la granja de Brasil es muy distinta del apartamento de París. Pero en el fondo hay una sensibilidad común que no puedo describir con palabras... Me gusta ser ecléctico, mezclar influencias diversas, igual que hago con la música".
Hijo único del productor de Hollywood Sy Kravitz y de la actriz de televisión Roxie Roker, Kravitz actuó en su juventud y, por eso, cuando el director Lee Daniels se puso en contacto con él para que apareciera en su película Precious (2009), la gran pantalla era el siguiente paso obvio. Con papeles aclamados por la crítica en la serie Los juegos del hambre y El mayordomo, entre otras, la actuación es otra plataforma para el talento de Kravitz.
Actualmente de gira con su undécimo álbum de estudio, Rise Vibration, el compromiso de Kravitz con la música sigue intacto. "La música y mi relación con la música es bastante profunda, y realmente es el núcleo de mi creatividad".